Lo que mal empieza…

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el viernes 30/Ago/2013]

Las poblaciones istmeñas se parecen cada vez más a las ciudades de la India que miramos por el televisor. De por sí fue común ver animales caminar por las calles. Juchitán, por ejemplo, era proverbial por los cerdos que deambulaban por los callejones de esta ciudad comercial. Y cada pueblo regalaba bellas escenas para los fotógrafos, de campesinos atravesando veredas con sus carretas tiradas por bueyes.

Pero ahora la similitud se da en la innumerable cantidad de mototaxis que circulan por las avenidas (en San Blas Atempa es la modalidad del “motocarro”, made in Istmo). Quien visite cualquiera de las comunidades istmeñas, después de una ausencia de cuatro años, se sorprenderá por la proliferación de estas unidades de motor.

Lo que comenzó como un servicio alternativo para atender a las colonias periféricas, hoy se ha convertido en uno de los principales medios de transporte, y de los principales dolores de cabeza, sobre todo en la tierra del General Charis.

Hoy nadie sabe cómo detener su crecimiento desordenado, pues ni bien se firma un acuerdo entre taxistas y mototaxistas con el gobierno estatal, cuando ya éste se ha visto rebasado por las circunstancias, haciéndose necesaria una nueva mesa de diálogo para preparar el siguiente…

Si esta situación parece irresoluta es por la misma desidia de las autoridades estatales por regularizar el transporte a tiempo. Confiados en poder controlar la utilización masiva de este medio de transporte de pasajeros, las instancias oficiales se dedicaron a aplazar las negociaciones, en lugar de legalizar las unidades cuando iniciaban. 

Hoy los taxistas juchitecos amagan con movilizarse para presionar a las autoridades. Alegan que todos los acuerdos han sido incumplidos por la contraparte, con la anuencia tácita del gobierno estatal. Lo que ellos afirman es totalmente cierto. Sin embargo, poco puede hacerse ya.

Hoy en día, los distintos grupos de mototaxistas están afiliados a diferentes “corrientes” de la denominada COCEI, así como del PRI, y su número rebasa los dos millares de unidades. Ante eso, el actual régimen, caracterizado por la inoperancia, nada intentará. 

No obstante, queda una esperanza: abrir el transporte por completo. Quitar a todas las organizaciones, de taxistas y mototaxistas, el poder de chantajear a sus agremiados y a la sociedad en su conjunto. Que ser taxista o mototaxista sea como cualquier otro empleo, capaz de ejercerse por quien demuestre estar capacitado y tener ganas de desempeñarlo responsablemente. Con eso se desataría un nudo muy complicado. ¿Habrá voluntad política? Eso no lo sabemos.

El enemigo de mi enemigo…

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el jueves 29/Ago/2013]

Hay un dicho simplista: “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”. Eso parece que muchos izquierdistas aplican en sus relaciones de amor y odio con el gobierno. Aplauden cuanto movimiento antipriísta o antigobiernista haya, olvidándose muchas veces de los contextos locales y/o regionales de las agrupaciones “revolucionarias”. 

La Sección 22 es corrupta, como corrupto es el PRI. Somos de aquí y conocemos sus mañas. Y al decir que es corrupta, incurro en una generalización, como generalizamos cuando hablamos del PRI, PAN o del PRD. Obviamente hay excelentes cuadros en las filas de cada organización política, social o empresarial de México. Pero hablamos en la generalidad, según lo que ha dejado ver cada movimiento. 

“El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, no aplica en mí. Para su servidor, el hecho de que el PRI o el gobierno federal sean buenos ejemplos de entreguismo, no me impide cuestionar a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que a lo largo de las últimas décadas ha secuestrado el derecho de millones de personas, con sus movilizaciones torpes, y de millones de niños, con el pésimo desempeño en las aulas. ¿Y sus líderes? Bien, gracias. ¿Y las ventas de plazas? Bien. ¿Esas no se denuncian? ¿Por qué? ¿Es traición a la patria?

Entiendo y me sumo a la exigencia de mejores escuelas, mejores condiciones laborales, y el cese de privilegio de una clase política corrupta. Pero, ¿esa es la lucha de la Sección 22? ¡No! En este momento, no son más que consignas huecas, que a la hora de la negociación quedan fuera. 

¿Por qué se critica tanto a los diputados, pero a la primera oportunidad muchos profesores apoyados por el Sindicato se postulan a la legislatura? ¿Por qué se critica tanto al gobierno, pero se negocia con él en términos complacientes sobre temas centrales? 

El meollo del presente asunto es el terror que tiene la dirigencia sindical de perder sus privilegios de manipulación sobre más de 70 mil afiliados. Nada más. Pero, obviamente, para conseguir persuadir a los profesores de que los respalden en sus intenciones malsanas, gritan “¡ladrón!” Por ello, he invitado a leer el texto íntegro de la Reforma Educativa. Para que nadie nos engañe. Ni yo, ni otros columnistas. 

Hace algunos días, propuse en Facebook un sencillo ejercicio en el que desafortunadamente ningún profesor ha querido participar (y eso que escriben copiosamente en mi Muro). Los conminé a que consulten el texto de la Reforma Educativa, copien y peguen los párrafos privatizadores de la educación o que hablen de que les quitarán sus derechos laborales. Así me demostrarán que miento, o quedarán expuestas las mentiras de sus líderes. Lo pongo nuevamente a su consideración. En el siguiente vínculo podrán leer el documento íntegro: http://issuu.com/lasillarota/docs/reforma-educativa

Se me ha pretendido descalificar diciendo que estoy en contra “de los maestros”. Nada más lejos de la realidad, pues mi madre es profesora y considero el magisterio una de las profesiones más nobles. Estoy en contra de la manipulación de la información, de azuzar a miles de personas con mentiras absurdas; porque lo mismo que hace el gobierno federal y Televisa en muchos otros temas, hace la Sección 22 en éste de la Reforma: mienten y calumnian. Suficiente con que nos mantengamos informados para evitar que nos engañe un Enrique Peña Nieto, un Emilio Azcárraga, o un ilustre dirigente de la Sección 22. Todos ellos tienen intereses, todos ellos negocian, manipulan y juegan con la buena fe de millones.

Cada ciudadano tiene derecho a pensar diferente, por lo que tolero a quienes disienten, sean de la tendencia que sean. Pero no quieran imponerme un pensamiento que no va acorde con mis principios; pues el mismo derecho que tienen los que apoyan al SNTE, tengo yo de discrepar de su “lucha”.

La desilusión

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el miércoles 28/Ago/2013]

Recientemente se dio a conocer la carta de un antiguo aliado del Gobernador de Oaxaca Gabino Cué Monteagudo, en la que se ponen de manifiesto las decepciones de millones de personas que confiaron en la alternancia, luego de ochenta años de priísmo.

Viene esto a colación, porque Oaxaca está en el centro del debate nacional, debido a que provienen de nuestro Estado la mayoría de los profesores de la CNTE apostados en la capital del país. La administración oaxaqueña, además, es vista con suma desconfianza porque no supo mantener sereno su territorio.

‘El Universal’ y otros medios impresos nacionales, hace unos días referían con asombro la manera en que Gabino Cué se pliega a la voluntad de los actores sociales de la Entidad, sin acabar de complacer a ninguno. Y es que nuestro Gobernador llegó al poder de la mano de un crisol de organizaciones políticas, empresariales y sociales. Y si bien, en ello radicó, en buena medida, la clave del triunfo de quien ahora despacha en Palacio de Gobierno, hoy representan su principal lastre. 

Los favores que le hayan hecho a Gabino no deberían cobrarse hundiendo la gobernabilidad de uno de los Estados más pobres de México, sino coadyuvando a la mejor atención de la problemática estatal.  Tal parece que cada grupo "aliado" del Gobernador creyera que tiene un cheque en blanco para canjearse todos los meses del año. Por eso, cada uno se siente intocable y, por consiguiente, actúa con total impunidad.

Es hora de que alguien le recuerde al señor Gobernador que su verdadero apoyo lo tuvo en los cientos de miles de ciudadanos que votaron por él, y que cada día que pasa se decepcionan más de la situación. 

Ojalá Cué Monteagudo recupere la cordura y tome consciencia de que su salario, así como el de todos los funcionarios del gobierno estatal, proviene del pueblo. ¡Basta ya de solapar a los mismos de siempre! Es hora de gobernar y no sólo administrar los chantajes políticos de sus amigos. Todavía estamos a tiempo. Restan tres años. Suficientes para sentar las bases sobre la que se construirá el desarrollo futuro.

La trampa a la CNTE

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el martes 27/Ago/2013]

Uno puede arriesgarse todo lo que quiera en la búsqueda de algún fin propio o colectivo. Lo que no está bien es arriesgar la integridad de los demás, utilizando como carne de cañón a miles de personas para fines perversos.

Una queja generalizada entre la sociedad, y entre profesores con espíritu democrático, es el abuso que se hace del poder sindical en ciertas esferas. Para nadie es un secreto que para ingresar al magisterio se necesita "palanca". De otra manera, se tendría que hacer un sinuoso recorrido que no garantiza nada. 

El poder omnímodo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) hace que sus agremiados prefieran quedar bien con la cúpula sindical que con los padres de familia. 

Ese poder es el que está en juego con la Reforma Educativa. Quien se tome el tiempo de leerla detenidamente encontrará que no hay nada de privatizadora en ella. De otra manera, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no la habría apoyado.

Más que académica, la referida Reforma es de carácter laboral. Pretende despojar del control de decenas de miles de personas a la élite sindical de la autodenominada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). 

De aprobarse las leyes secundarias, un joven normalista no tendrá que “quedar bien” con sus líderes gremiales, sino con el Estado Mexicano, pues quien evaluará su desempeño será una institución ajena al sindicato, y no las famosas listas que pasan entre profesores cada que hay marcha o plantón. Que no se quiera asustar a los ciudadanos con el petate del muerto.     

Pero independientemente de lo anterior, la Sección 22 del SNTE (o la CNTE, como prefieren llamarse en temporada de “lucha”) ha entrado en una dinámica peligrosa. Ha querido ver en la prudencia del Gobierno Federal y de la Ciudad de México una aparente debilidad, que puede resultar cara.

La fuerza pública del país está más que capacitada para hacer frente a los desmanes en la capital. También pudiera desarticular, por la fuerza, la movilización magisterial. No obstante, la administración federal parece estar dando tiempo al desgaste del movimiento en los medios de comunicación.

Lo que terminará venciendo a la CNTE será el hartazgo de millones de padres de familia, que están cansados de que las exigencias laborales de los docentes se paguen con la educación de los niños. 

Es curioso que los medios “alternativos” hablen de una lucha histórica en el Distrito Federal, comparando a los profesores con Francisco Villa o Emiliano Zapata, tachando de “indignos” a quienes no se prestan a sus tropelías o no comparten sus métodos, pero sin mencionar que cada uno de los miles de maestros que ocupan el zócalo capitalino recibió la quincena íntegra vía depósito bancario, ni que se le pagó un bono retroactivo para iniciar las labores. Es como si a Zapata un hacendado le depositara en la cuenta cierta cantidad en efectivo, a él y a sus milicianos, cada quince días para plantarse en la capital…

La trampa está lista. El tiempo apremia. Los días sólo empeorarán la situación de decenas de miles de afiliados a la Sección 22. Parafraseando a Fouché, diré que los líderes están cometiendo algo peor que un crimen contra la niñez: una terrible equivocación de carácter político.

A continuación presento el texto íntegro de la REFORMA EDUCATIVA:


Siria en la encrucijada

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario el lunes 26/Ago/2013]

Los problemas en México son muchos. La Reforma Energética tiene en vilo al país. Las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) causan consternación en mucha gente acostumbrada a aplaudir la "lucha magisterial" desde la comodidad del hogar, y que hoy padecen en el Distrito Federal lo que sufrimos continuamente en el Estado de Benito Juárez. Sin embargo, el mundo sigue girando… 

El planeta está al borde de una guerra de proporciones catastróficas. Los televisores de todo el orbe transmiten imágenes de civiles muriendo terriblemente a causa de lo que parecen ser armas químicas, cerca de Damasco. Esto ha sido motivo suficiente para que Estados Unidos afile sus garras a la vista del mundo, amagando con intervenir militarmente en Siria. 

Para quien no lo sepa, Siria está envuelta desde hace más de dos años en una desgastaste guerra civil. Israel, EE.UU. y varios países europeos apoyan militar y económicamente a los rebeldes. Rusia, Irán y Hezbolá (partido político y milicia libanesa) ayudan al régimen constitucional encabezado por Bashar al-Asad.

El Presidente sirio estuvo a punto de caer hace algunos meses, pero Hassan Nasralá, líder de Hezbolá, decidió enviar milicianos libaneses a combatir junto a su aliado estratégico, ya que Siria había apoyado a la Resistencia de Líbano frente al enemigo israelí algunos años antes. Esto significó un revés importante a la intentona rebelde de derrocar a al-Asad.

Pero justo ahora que el régimen parecía consolidar su victoria es acusado de utilizar armas químicas contra la población civil... Lo anterior resulta muy sospechoso, pues la administración siria sabe que valerse de tales armas equivaldría al suicidio político, ya que ningún gobierno ―incluyendo Rusia e Irán― respaldaría a quien emplease tal recurso. 

Por ello, respetados analistas han visto, en el sorpresivo ataque, una maniobra desesperada para arrastrar a Estados Unidos a la intervención, pues Barack Obama había declarado reiteradamente que solamente atacaría Siria en caso de que el gobierno cruzara la "línea roja", que implica la utilización de armamento prohibido por los tratados internacionales.

Sea quien sea el responsable, la mesa está servida para una agresión estadounidense en Siria. Mientras los tambores de guerra suenan, se afianzan las alianzas regionales entre dicho país y la nación persa ―la República de Irán― que seguramente proporcionará a su socio estratégico todo el apoyo logístico y militar que requiera.

Estamos en un momento crucial. Ojalá no se desencadene una escalada de proporciones inconmensurables…

Migración zapoteca a la Ciudad de México

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario el sábado 24/Ago/2013]

El fenómeno migratorio es común a todos los pueblos y tiempos. Las lenguas cambian, las culturas se desarrollan y las personas emigran. Sin embargo, algo tan propio de nuestra naturaleza humana, usualmente es consecuencia de la búsqueda de mejores lugares para vivir. Así, algunos van en pos de algo, otros simplemente huyen de su tierra; pero hay quienes emigran por otras razones no siempre consideradas.

El pueblo zapoteca se jactaba en la antigüedad de su permanencia. Entre todas las naciones prehispánicas era la que decía no provenir de ninguna región remota: “de las raíces de los grandes árboles, de los peñascos, de las fieras nacimos”, podría expresar cualquier binnizá antiguo. Y aún así, poco antes de la llegada de los españoles, los zapotecas salieron de los valles centrales que habitaron por más de dos mil años para ir a poblar montañas y la llanura del Istmo de Tehuantepec. Los de esta última región comenzaron de este modo una historia un tanto separada de sus hermanos serranos y vallistos. 

La nueva zona, estratégicamente localizada, cruce comercial y rica en recursos naturales, impregnó de su dinamismo a los recién llegados. Los zapotecas istmeños desde un comienzo se vieron envueltos en disputas con otros grupos étnicos que desde antes luchaban por la preponderancia. Los aztecas también fueron sus adversarios.

Desde su arribo a esa región, los binnizá se caracterizaron por su belicismo. Contingentes zapotecas participaron en la conquista de Guatemala por Pedro de Alvarado. A mediados de la época colonial organizaron un importante movimiento armado y político contra los españoles, y en todo momento mantuvieron una férrea defensa de sus recursos naturales. Pero fue hasta el siglo XX que comenzó el proceso migratorio a la Ciudad de México, con la peculiaridad de estar asociado al militarismo.

Poco se ha estudiado la participación de los indígenas en la revolución mexicana y de sus razones. Pueblos varios se unieron a contingentes distintos y contrarios, según diversos motivos e intereses. Durante la revolución mexicana, más de cinco mil zapotecas del Istmo combatieron en el bando constitucionalista al lado de los yaquis de Sonora, y estas tropas recorrieron buena parte del territorio nacional. Más de una decena de personajes se convirtieron en generales del ejército mexicano, y en la post-revolución los veteranos combatieron a los rebeldes delahuertistas y a los cristeros. 

La mayoría de los altos oficiales zapotecas tuvieron que establecerse en el Distrito Federal por exigencias del trabajo. Y en la segunda década del siglo pasado estos militares impulsaron a muchos jóvenes a trasladarse a la Ciudad de México para cursar sus estudios. La carencia de escuelas superiores en el Istmo estimuló esta modalidad migratoria, que pronto dio frutos. 

De la primera oleada de estudiantes istmeños nació la Sociedad de Estudiantes Juchitecos, que se impuso como tarea vincular a las comunidades binnizá radicadas en la capital con las del Istmo. En la década de 1930, un nuevo grupo estudiantil logró editar la primera de todas las publicaciones en lenguas indígenas del continente: “Neza” (camino). Y surgió una generación de intelectuales zapotecas vinculada a su tierra, cultivando su lengua y revalorando su identidad. Andrés Henestrosa es un buen ejemplo de este grupo. 

En los cuarentas apareció “El Istmo”, otra publicación cultural istmeña. Al siguiente decenio “Diidxa” (palabra). Hasta que a fines de los sesentas nació “Neza Cubi” (camino nuevo), ya con una generación renovada, encabezada por Macario Matus. 

Muchos de los profesionistas zapotecas que egresaron de las principales universidades del país jamás regresaron, pero tampoco olvidaron el terruño y entonces buscaron los mecanismos para estrechar los vínculos con su lugar de origen. Fundaron sociedades de “Velas”, recrearon fiestas, mayordomías, y formaron una comunidad muy numerosa que hasta la actualidad sigue nutriéndose con nuevos estudiantes y migrantes de diversa índole, que tienen como común denominador la cultura y la pertenencia a la nación zapoteca. Tenemos aquí otra modalidad de migración. Nos encontramos con otras causas que pueden permitirnos entender la realidad de nuestros pueblos. 

Los migrantes zapotecas contemporáneos son similares a quienes les antecedieron por el hecho de estar jóvenes, ser estudiantes y de seguir perseverando en el reconocimiento y la revaloración de su identidad étnica. En nuestros días hay grupos culturales zapotecas en la Ciudad de México, hay revistas literarias, eventos de música, presentaciones de libros. El entramado social binnizá vuelve a recrearse en las nuevas generaciones de migrantes.

Por supuesto que una realidad hiriente se encuentra detrás de todo esto, pues si los pueblos originarios tuvieran posibilidades académicas o profesionales en sus regiones, no llegarían a la capital. Si las condiciones decorosas de vida pudieran adquirirse sin necesidad de trasladarse a cientos de kilómetros para cursar una carrera universitaria, nadie se movería. Pero es importante recalcar el hecho de que incluso en las condiciones adversas, un pueblo cohesionado puede establecer los mecanismos para desarrollarse positivamente.

Las consecuencias que se desprenden del fenómeno migratorio zapoteca son duales. Por una parte, el migrante suele tomar conciencia de su peculiaridad. El idioma, las costumbres, los valores, le permiten reconocerse distinto. Pero por otro lado, la migración también provoca el desarraigo, pues muchos nunca vuelven, y a la segunda o tercera generación se corre el riesgo de perder la memoria.  

La migración no es sólo física, es también cultural. Hay personas que cambian de lugar llevando consigo la conciencia, las tradiciones, reproduciendo, adonde vayan, parte de su cultura. Esta migración enriquece. Otros, sin moverse, tratan de despojarse de lo que los constituye como seres pertenecientes a un pueblo indígena. Esta permanencia empobrece. 

La migración puede ser útil o dañina según las circunstancias en que se dé, dependiendo de la historia de cada pueblo, o de la realidad social que la motive. La migración puede servir tanto para encontrar nuevos códigos de comunicación, como para matar cualquier vestigio del origen. Todo depende de cómo queramos enfrentarnos a esta realidad inevitable.