Opinión: Hacia el nuevo Papa


Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el viernes 1/Mar/2013]

Entre tanto ajetreo político y noticias espectaculares, millones de personas en nuestro país parecen olvidar que hoy viernes primero de marzo amanecimos sin jerarca en el Vaticano.
     Desde hace más de medio milenio la humanidad no conocía un Papa jubilado. Desde antes de que llegaran los españoles, e impusieran la religión católica al nuevo Continente, no se sabía que un Obispo de Roma conociera a su sucesor.
     Joseph Ratzinger, religioso de origen alemán que llegó a ser Sumo Pontífice bajo el nombre de Benedicto XVI, afirmó que obedecerá disciplinadamente a quien los Cardenales designen en su lugar. 
     Quién se hubiera imaginado que este Papa “de transición”, a quien todos auguraban pocos años de vida al frente de la Basílica de San Pedro, terminaría renunciando “por el bien de la feligresía”.
     Las preguntas que millones de personas en el mundo se hacen es, ¿quién ocupará su lugar? ¿Cómo conducirá éste su reinado? (recordemos que un Papa, jurídicamente hablando, es un monarca).
     Resulta obvio que la Iglesia Católica ha sufrido serios reveses en los últimos años, sobre todo en lo tocante al tema de la pederastia que, cabe mencionar, Benedicto XVI combatió resueltamente. No obstante, de peores crisis ha salido airosa. Con casi dos milenios a cuestas, la Iglesia es la institución más antigua del mundo, con continuidad jurídica desde los primeros siglos de su adopción por los emperadores romanos.
     Imperios se han levantado y han caído. La Iglesia ―y los Papas al frente de ella― conocieron invasiones a las puertas mismas del Vaticano. En otras épocas, manos soberbias sujetaron a los Obispos de Roma, con amenaza de destruir el catolicismo desde sus cimientos, pero la Iglesia continúa en pie.
     La Reforma Protestante no la destruyó. Antes bien, el movimiento crítico que de ella surgió derivó en cientos de pequeñas religiones (o sectas, según les dicen desdeñosamente algunos católicos) de las que muchas han desaparecido. El Imperio napoleónico tampoco pudo contra ella, ni demás poderes terrestres.
     Hay algo en la Iglesia que la mantiene en pie. Algunos dirán que es su sistema organizativo. Otros, sin embargo, ven en ello la prueba del Espíritu Santo. Lo cierto es que la Barca de Pedro seguirá en pie, como permitirá comprobarlo el relevo papal que se aproxima. 

Opinión: El ocaso de Elba Esther


Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el jueves 28/Feb/2013]

“El inquilino de Los Pinos acaba de presentar la Iniciativa de Reforma Constitucional en Materia Educativa con la que pretende llevar hasta sus últimas consecuencias las modificaciones que el rubro requiere. Es importante señalar que dicha reforma descansa en los cimientos del panismo, que ya sin la presión del poder, podrá enriquecer la propuesta. Los sectores de izquierda, siempre duros con la Maestra, también tendrán la oportunidad histórica de dignificar con sus planteamientos el modelo educativo futuro.
     ¿Es el principio del fin de Gordillo? Nadie puede aseverarlo. Esa mujer ha sabido sortear peores riesgos. Sin embargo, para ella sería preferible un retiro honroso en la cima de su poder, que una caída estrepitosa por la conjunción de sus adversarios”.
     Eso fue lo que escribí recién comenzado el mandato de Enrique Peña Nieto, hace casi tres meses. Muchos de quienes leyeron la columna de su servidor probablemente pensaron que el ocaso de la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) era una quimera. Después de todo, era Presidenta Vitalicia de su gremio, así como una de las personas más poderosas de México.
     …Pero los tiempos cambian y la mayoría de los actores, por muy imprescindibles que se crean, son piezas sustituibles del engranaje político. La profesora Gordillo acaba de conocer su fin, políticamente hablando. No obstante, durante varios meses estuvo en posibilidad de tener una salida arreglada, opción que finalmente rechazó.
     La detención de Elba Esther no será el gran acontecimiento del sexenio. De hecho, el móvil es político más que judicial. Y se deduce, no porque la señora sea idealista, sino porque pudiendo detener a una gama de personajes igual de nocivos, se les ve libres y hasta cercanos a los corredores de Palacio Nacional. 
     Falta el líder petrolero (y de paso su hija), el Gober Precioso, el Niño Verde, Felipe Calderón (no por los muertos que lleva en la conciencia, sino por el negociazo de la Estela de Luz), Salinas de Gortari... Faltan, también, algunos líderes vendeplazas de la Sección 22, ciertos políticos istmeños, varios seudoluchadores sociales y algunos legisladores. Si a Peña Nieto se le ocurriera poner tras las rejas a todos los funcionarios corruptos, no le alcanzaría el sexenio.
     De cualquier manera se reconoce la medida. Aunque es importante que la escena de Gordillo tras las rejas, no impida que veamos los aumentos a la gasolina y la intentona de gravar los alimentos y las medicinas. El PRI es el PRI. Que no se nos olvide.  

Opinión: Ahora en Juchitán…


Gubidxa Guerrero 

Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 27/Feb/2013]

La Séptima Sección es el corazón social de Juchitán. Si bien el mercado central es el eje que articula a las personas y al comercio, la populosa Séptima, como le dicen, es la síntesis de los anhelos, carencias y virtudes de la ciudad zapoteca más grande en la actualidad.
     Guidxiguié’ (‘Ciudad de flores’) como se nombra en idioma zapoteco, es una población con larga historia de lucha por defender su autonomía política y sus recursos naturales.
     En décadas recientes, el cáncer de la politiquería invadió la tierra del General Charis. Las luchas tradicionales por mejorar las condiciones de vida se tornaron en meras causas electoreras. Los “líderes” se volvieron simples demagogos que no dudaron en servir dócilmente a los intereses partidistas de agrupaciones ajenas al sentir y a los sueños de los binnizá de la planicie costera del Istmo de Tehuantepec.
     Desde hace mucho la clase política, en conjunto, está desprestigiada. En contraposición, surgen grupos amorfos sin estructura ni disciplina que intentan llenar el vacío de liderazgo en la defensa de lo que nos pertenece como etnia. 
     Por razones de índole táctico, dichos grupos se han asociado a entidades políticas extrañas, que defienden causas más abstractas que concretas, sumándose en lo discursivo a movimientos como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) o a las corrientes globalifóbicas. A las personas comunes aquellas banderas les resultan igual de extrañas que las defendidas por los dirigentes tradicionales coceístas...
     Como todos sabemos, hace algunos meses subió de todo en conflicto en torno al parque eólico que pretende construir Mareña Renovables en terrenos de San Dionisio del Mar. Puesto que el acceso terrestre a la Barra de Santa Teresa pasa por la Colonia Álvaro Obregón (Agencia Municipal de Juchitán), los campesinos y pescadores zapotecas se vieron involucrados. 
     Aunque Guixhiró’ (Álvaro Obregón) está conformado mayoritariamente por juchitecos y sus descendientes, el hecho de que se encuentre distante unos cuantos kilómetros del núcleo urbano hace que a veces se le trate como pueblo diferentes, siendo que es uno mismo con su cabecera.
     Sin embargo, en el presente caso no hay distinción posible. El Barrio de los Pescadores es el corazón mismo de esta ciudad de cien mil habitantes.
     No es exagerado anunciar que el conflicto con las transnacionales está en un punto crucial. Se ha dicho que hay una diferencia cualitativa entre los parques de La Ventosa, La Venta y San Dionisio del Mar, por cuanto los primeros están sobre terrenos particulares y éste sobre terrenos comunales. 
     Si los juchitecos logran frenar el establecimiento del parque por el rumbo de Playa San Vicente, todo el andamiaje del proyecto puede venirse abajo. Estemos atentos a lo que ocurra…

Opinión: Normalistas sin salida

Profesores manifestándose contra la Reforma Educativa
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el martes 26/Feb/2013]

Cientos de jóvenes normalistas se encuentran en la ciudad de Oaxaca participando en distintas movilizaciones con la intención de presionar al Gobierno del Estado para que acceda a las contrataciones automáticas de docentes.
  Luego de tantos bloqueos y tomas de oficinas por parte de los profesores de la Sección 22 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) se nos ha olvidado que éstos son burócratas, es decir empleados al servicio del Estado. Su salario, entonces, proviene del impuesto que pagamos los contribuyentes, así como de la renta de Petróleos Mexicanos (Pemex).
  Ayer lunes el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, encabezó el acto que formaliza la Reforma Educativa; medida constitucional en la que participaron casi todos los partidos políticos y que, entre otras cosas, pondrá un límite al omnímodo poder sindical de más de un millón y medio de afiliados y de su líder Elba Esther Gordillo para la asignación de plazas.
  En el Estado de Oaxaca aproximadamente 900 estudiantes egresarán este año de las escuelas normales. Como en períodos anteriores se esperaba que el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) los contratara automáticamente. Durante sus años como estudiantes, muchos habían participado en marchas y bloqueos esperando acumular “puntos” que los dejaran bien parados ante el poderoso sindicato.
  Pero con la Reforma Educativa el Gobierno del Estado de Oaxaca se desentiende porque, al ser de índole federal, las medidas de una administración estatal no pueden estar por encima de la Carta Magna.
  El director general del IEEPO, Antonio Iturribarría Bolaños, ya anunció que por las disposiciones legales aprobadas por el Congreso de la Unión, y ratificadas por la mayoría de las legislaturas locales, su dependencia estará impedida de contratar a los graduados de licenciatura en educación, a menos que hayan aprobado el examen de oposición que marca la nueva reglamentación. En caso de que los estudiantes no quieran ser examinados, la Secretaría de Educación Pública (SEP) no autorizará el dinero de la Programación Detallada (Prodet) para nuevas plazas.
  No se piense que el IEEPO se turba por lo que acontece. En el fondo, la Reforma es un alivio para algunas administraciones locales ―especialmente Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán― que tendrán una oportuna justificación para no seguir siendo rehenes de los chantajes de sus gremios magisteriales. De ahora en adelante, cuando los estudiantes y profesores acudan a negociar a las capitales de los Estados, los funcionarios dirán algo así: “vayan a México. Quéjense ante el Gobierno Federal, porque nosotros no podemos hacer nada que viole la Constitución…”. Como Poncio Pilatos.

Opinión: ¿Dinamarca versus Istmo?

Aerogeneradores daneses.

Gubidxa Guerrero 

[Texto publicado en Enfoque Diario, el lunes 25/Feb/2013]

En semanas previas circuló fuertemente el rumor de que un grupo de periodistas de diferentes medios informativos que se publican en el Estado de Oaxaca se iría de “trabajo de campo” a Dinamarca. No crea el amable lector que el recorrido sería un soborno disfrazado, con la intención de que el viajero narrara las bondades del proyecto eólico danés, sino para conocer al león desde sus fauces… 
     Pero, ¡oh!, sorpresa. Al parecer la versión resultó veraz, pues ayer mismo el diario Noticias ―el de mayor circulación en la Entidad― publicó amplio reportaje firmado por Reynaldo Bracamontes Ruiz, “enviado especial” al continente europeo. 
     En los párrafos de la nota, titulada: “Aerogeneradores a cien metros del mar, todo un motor de progreso en Hvide Sande”, se trasluce la intención de que la opinión pública mire con buenos ojos la generación de energía mediante el viento. Como si los lectores fueran niños de pecho, el reportero describe detalladamente las ventajas de los parques eólicos daneses que brindan electricidad a miles de hogares, satisfaciendo actualmente el 30% de la demanda doméstica de corriente en toda Dinamarca. Como subtítulo de la nota, con llamado en primera plana, se lee: “Mientras en el Istmo se oponen al desarrollo”. 
     Todavía busco en el texto algún párrafo, o siquiera una línea, que hable de las condiciones económicas en que se establecieron los convenios allá en el viejo continente. No dice en ninguna parte qué porcentaje de las ganancias netas se queda la empresa y qué porción se va al Estado danés o a las poblaciones donde están instalados estos “motores de progreso”.
     He sido muy crítico de las dos posturas que reducen la discusión en torno al proyecto eólico entre buenos y malos. Para el periodista de Noticias, el parque debe implementarse en la Barra de Santa Teresa porque es bueno en sí mismo; sin ponerse a meditar en las condiciones económicas de los acuerdos con los comuneros, la afectación ambiental o sociocultural. Para algunos opositores el proyecto es malo en sí mismo; y de este lado no se toman en cuenta las ventajas materiales y ecológicas que un aerogenerador tiene por sobre, digamos, la quema de combustibles fósiles.
     Es verdad que en Dinamarca y en otros muchos países la generación de energía eléctrica mediante el viento es una realidad. Pero es cierto también que el modo en que se han instalado los magnos proyectos ha sido respetuoso del medio y de la sociedad que habita las regiones con ventajas eólicas. Sin mencionar que los índices de corrupción en dichos países son mucho menores que en el nuestro.
     En México, especialmente en el Estado de Oaxaca, las autoridades parecen agentes de ventas, ofreciendo lo que no les pertenece; poniéndose de lado de poderosas transnacionales en lugar de apoyar a las sociedades que los mantienen (recordemos que los salarios de Gabino Cué y de su plana mayor provienen de nuestros impuestos).
     La energía eólica tiene más ventajas que desventajas. Es algo que no está a discusión. Lo malo es que el 98.6 por ciento de las ganancias del proyecto que pretende construirse en San Dionisio del Mar se irá a las empresas, dejando apenas una migaja del 1.4 por ciento a los pobladores. Aquí el asunto no es técnico, sino jurídico y moral: la manera en que se firmaron los contratos fue ilegal, por no considerar aspectos reglamentarios esenciales en materia de convenios con pueblos indígenas; y fue ilegítimo por la desproporción de las ganancias entre dueños de la tierra y ejecutores del proyecto. Y que no se diga que “el dinero lo pondrá Mareña”, porque si hurgamos más, veremos que proviene de un simple préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Así qué chiste.

El tesoro

Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el domingo 24/Feb/2013]

Es bien conocido el ánimo ahorrativo de nuestras madres. Incontables mujeres zapotecas trabajan duramente para construir su modesto patrimonio. El sudor cotidiano es convertido en aretes de oro, pulseras, ahogadores y demás alhajas.
Contaba mi abuelo que hace algún tiempo, cuando no existían los bancos ni las cajas de seguridad, las personas solían guardar sus joyas en pequeñas ollas de barro, mismas que enterraban en algún lugar que sólo ellos conocieran. Me dijo él, que alguna vez escuchó a un vecino de Cheguiigu’ sobre un señor humilde que deambulaba por el pueblo. Alberto, le llamaban, y acarreaba agua para las vecinas laboriosas. Cada mañana caminaba por el pueblo ofreciendo sus brazos para llenar los grandes recipientes de barro que almacenaban el precioso líquido. Dormía donde le agarrara la noche o en los patios de las casas de sus amigos. “Para colgar una hamaca sólo se requieren dos ramas”, solía decir.
Alberto, sin embargo, odiaba el ahorro. Se burlaba de las paisanas que con tanto sacrificio compraban una moneda de oro. “¿Qué caso tienen que trabajen tanto si su dinero se hará fierro? Yo me gastaría cada centavo. Compraría aquello que más quisiera y así sería feliz”. No pasaba un día sin que discutiera con alguna vendedora en el mercado. “No digas disparates, Betu. Hablas como si jamás te fueras a enfermar, como si nunca tuvieras que apoyar a tus hijos para que sean personas de bien. Nosotras no queremos el oro; simplemente guardamos nuestro trabajo de esa manera, para cuando llegue el día en que tengamos que utilizarlo”. Y así transcurrieron los años apaciblemente en Juchitán.
Pero un día, Alberto decidió sentar cabeza. No se crea que ahorró centavo alguno, sino que un buen amigo le obsequió una parcelita para que construyera su hogar. Pero tanta fue su buena suerte que al tercer día de escarbar en el lugar donde levantaría la choza, escuchó cómo se rompía un tepalcate al darle fuerte con el pico a la tierra. Sonó hueco, y removiendo suavemente con la mano vio que había perforado una ollita de barro. Se extrañó mucho y casi se desmayó cuando se percató de que los pequeños tejos que contenía brillaban una vez que se les caía la tierra que los cubría. ¡Había encontrado un tesoro!
No sabía el hombre qué hacer con tanta riqueza. Más de quinientas monedas doradas contó, sin considerar las joyas que adornan a las bellas damas. Una inmensa alegría lo invadió y al día siguiente decidió suspender el proyecto de casa que estaba realizando.
Se compró ropa elegante, zapatos, y hasta un bastón de catrín. Adquirió un fino caballo, y decidió recorrer pueblos vecinos para gastar el dinero que le había otorgado su buena estrella. Primero fue a la feria de año nuevo en Tehuantepec. Llevó Alberto algunas alhajas para regalar a la tehuana más hermosa que encontrara. Ahí dilapidó un tanto de la pequeña fortuna que había encontrado. Luego hizo un viaje a Ixhuatán donde celebran a la Virgen de la Candelaria. Se bañó en el río Ostuta y cortejó a algunas bellas señoritas. Después acudió a la fiesta de Chihuitán, donde compró deliciosos dulces típicos; consiguió también algunas rarezas que traen los mixes de la sierra, y se emborrachó a su gusto. Invitó a cuantos extraños aceptaron sus jícaras de taberná y sus copitas de mezcal. Ahí se acabó otro puño de monedas.
Así continuó de pueblo en pueblo y de fiesta en fiesta, gastando a manos llenas lo que tenía…
Y un día se percató de que no le quedaba más. Había derrochado cada moneda y cada joya encontrada aquella mañana mientras escarbaba. Vendió el caballo porque no tenía dinero para adquirir su pastura. La ropa se había desgastado con el tiempo. Los zapatos los regaló en alguno de los pueblos que visitó, porque jamás le resultaron cómodos. La casa que empezó a cimentar nunca se concluyó. Y así tuvo que volver Alberto a ganarse la vida acarreando agua para las paisanas.
Una mañana, mientras comía un totopo con queso seco, sentado en una sombra cercana al templo de San Vicente Ferrer, dos ancianas pasaron frente a él, y una le dijo a la otra: “¿Ya viste? No se trata solamente de saber derrochar la riqueza, sino de sabérsela ganar. Cuando gastas aquello que no te costó sudor o esfuerzo, ni disfrutas lo que gastas, ni te rinde el dinero”.